La Guerra de la Independencia
de los Estados Unidos fue un conflicto que
enfrentó a las trece colonias estadounidenses en América
del Norte con el Reino de Gran Bretaña. Ocurrió
entre 1775 y 1783, finalizando con la firma del Tratado de
París.
Durante la guerra,
Francia
ayudó a los revolucionarios estadounidenses con tropas
bajo el mando del Marqués de La Fayette, mientras que
España,
lo hizo desde el principio gracias a Bernardo de Gálvez y
de forma abierta a partir de la batalla de Saratoga, mediante
armas,
suministros y abriendo un frente en el flanco sur.
Las colonias británicas que se independizaron de
Gran Bretaña edificaron el primer sistema
político liberal y democrático, alumbrando una
nueva nación,
los Estados Unidos de
América, incorporando las nuevas ideas revolucionarias que
propugnaban la igualdad y la
libertad. Esta
sociedad
colonial se formó a partir de oleadas de colonos
inmigrados, y no existían en ella los rasgos
característicos del rígido sistema de clases
europeo.
En las colonias del sur (Virginia, las Carolinas y
Georgia) se había organizado un sistema esclavista (con
unos 500.000 esclavos negros) que explotaban plantaciones de
tabaco, algodón
y azúcar.
De este modo, la población estaba compuesta por grandes y
pequeños propietarios y esclavos.
Los antecedentes a la Guerra de la Independencia de los
Estados Unidos se remontan a la confrontación
franco-británica en Norteamérica y a las
consecuencias de la Guerra de los doce Años.
La Guerra de los Doce Años terminó en
1763. El 10 de febrero, el Tratado de París ponía
fin al imperio colonial francés en América del
Norte y consolidaba a Inglaterra como
la potencia
hegemónica. En frente sólo tenía a
España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más
importante, con unos 10.000 habitantes. Respecto a Francia, la
pérdida territorial no fue sentida como algo
catastrófico. Se conservaban los derechos pesqueros en
Terranova y la población católica francófona
de recibiría un trato de respeto. Por otro
lado en el Caribe las pérdidas pueden ser compensadas pues
la colonia principal francesa del Caribe, Puerto Príncipe
(la española), produce la mitad del azúcar
consumido en todo el mundo, y su comercio con
África y
las Antillas está en pleno apogeo.
Las causas de este conflicto fueron
fundamentalmente el injusto trato a los colonos por parte de Gran
Bretaña, ya que éstos aportaban riquezas e impuestos a la
metrópoli pero no tenían medios para
decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sentían
marginados y no representados.
Después del triunfo de Gran Bretaña sobre
Francia en la Guerra de los siete Años (1756-1763) en la
que recibió gran ayuda de las colonias económica y
militarmente, dicha colaboración no fue recompensada. Las
medidas represivas del gobierno inglés
(producidas tras sublevaciones como el Motín del té
de Boston y las sanciones de las Actas Intolerables) provocaron
el inicio de la guerra de independencia.
El descontento se extendió por las Trece Colonias
y provocó una manifestación en Boston en contra de
los impuestos que debían pagar por artículos
indispensables como el papel, el vidrio o la
pintura. En
esta manifestación no hubo ningún altercado y el
reino inglés hizo oídos sordos a las peticiones
estadounidenses. Pero los colonos no iban a consentir que la
situación continuara así, con lo que se reunieron
junto a varios miembros de otras poblaciones para urdir una
acción
más propagandística que la manifestación. En
1773 los colonos se reunieron en Boston. Del Reino de Gran
Bretaña llegaban tres naves cargadas de cajas que
contenían té. Varios miembros de la sociedad
secreta se disfrazaron de indios y fueron nadando hasta alcanzar
los tres barcos. Una vez allí capturaron a sus tripulantes
y tiraron la mercancía por la borda. Fue la primera
acción contra la represión de impuestos, lo que
puso intranquilos a los británicos.
En 1774 se reunieron por primera vez el Congreso de
colonos estadounidenses en contra de la servidumbre a los
británicos y a favor de una patria independiente. Ya se
discuten unas hipotéticas leyes. Pese al
clima de
enemistad contra los ingleses en las colonias, todavía
había algunos colonos que apoyaban al rey inglés
Jorge III, siendo llamados kings-friends.al final de esta
guerra en la que hubo muchos muertos
Travesía del
río Delaware
El 2 de julio de 1776, el Congreso finalmente
resolvió que: «estas Colonias Unidas son, y por
derecho deben ser, estados libres y soberanos». El 4 de
julio de 1776 se reunieron 56 congresistas estadounidenses para
aprobar la Declaración de Independencia
de los Estados Unidos,
que Thomas Jefferson redactó con la ayuda de otros
ciudadanos de Virginia. Se imprimió papel moneda y se
iniciaron relaciones diplomáticas con potencias
extranjeras. En el congreso se encontraban los cuatro hombres de
la patria George Washington, Thomas Jefferson, Benjamín
Franklin y John Adams. De los 56 congresistas, 14 murieron
durante la guerra.
Benjamín Franklin se convierte en el primer embajador y
jefe de los servicios
secretos.
La unidad se extendió entonces por las Trece
Colonias para luchar contra los británicos. La
declaración presentó una defensa pública de
la Guerra de Independencia, incluida una larga lista de quejas
contra el soberano inglés
Jorge III. Pero sobre todo, explicó la filosofía que sustentaba la independencia,
proclamando que todos los hombres nacen iguales, y poseen ciertos
derechos
inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la
búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden
gobernar sólo con el consentimiento de los gobernados; que
cualquier gobierno puede
ser disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo.
Esta teoría
política
tuvo su origen en el filósofo inglés John Locke, y
ocupa un lugar prominente en la tradición política
anglosajona.
Estos hechos convencieron al gobierno británico
de que no se enfrentaba simplemente a una turba de Nueva Inglaterra y
barrió casi cualquier objeción que los miembros del
gabinete tuvieran contra la conquista de
las colonias. La confirmaron de que Inglaterra estaba envuelta en
una guerra, y no en una simple rebelión, dictó una
política militar dieciochesca convencional, consistente en
maniobras y batallas entre ejércitos
organizados.
Este cambio de
estrategia
forzó a los británicos a evacuar la ciudad de
Boston en marzo de 1776, y transfiriera sus principales fuerzas a
Nueva York, cuya población se presumía era más
favorable a la causa de la Corona y que contaba con un puerto
superior y una posición central. En consecuencia, en el
verano de 1776, sir William Howe, que sustituyó a Gage
como comandante en jefe del ejército británico en
Norteamérica, arribó al puerto de Nueva York con
una fuerza de
más de treinta mil hombres. Howe tenía
intención de aislar Nueva Inglaterra de los otros rebeldes
y derrotar al ejército de Washington en una batalla
decisiva. Iba a pasar los dos años siguientes tratando de
llevar a cabo este plan.
La ayuda extranjera
y el final de la guerra
Alentadas por la victoria de Saratoga, Francia y
España
veían la oportunidad como una ocasión de oro para
lograr la revancha del desastroso Tratado de París de
1763, con el que concluyó la Guerra de los Siete
Años. Así Francia tras unos meses de cierta
vacilación, entró abiertamente en la guerra
firmando una alianza en febrero de 1778 con los colonos. Pese a
sus escasas provisiones y limitado adiestramiento,
las tropas coloniales pelearon bien en general, pero
podrían haber perdido la guerra si no hubieran recibido
ayuda del erario francés y de la poderosa marina
francesa.
Por su parte, España, aunque enseguida
ayudó a los rebeldes con dinero,
armas y
municiones, se mostró más reacia a la
intervención directa, debido al temor de Floridablanca a
las consecuencias de un conflicto armado; incluso aspiró a
algo que, de momento, resultaba una verdadera utopía, la
mediación entre los contendientes. Los objetivos
españoles en América
eran expulsar a los británicos tanto del golfo de México
como de las orillas del Mississippi y conseguir la
desaparición de sus asentamientos en América
Central.
Después de 1778, la lucha se trasladó en
gran medida al sur y el conflicto ya había adquirido un
cariz internacional con la entrada de Francia. Un año
más tarde la realidad se impuso España
declaró la guerra a Inglaterra, pensando incluso en la
posibilidad de invadir Gran Bretaña mediante el concurso
de una armada franco-española, plan que resultó
inviable. Para su entrada abierta en el conflicto el gobierno
español
había firmado el llamado Tratado de Aranjuez, acuerdo
secreto con Francia sellado en Aranjuez el 12 de abril de 1779,
por el cual España conseguía una serie de
concesiones a cambio de unirse a su aliado en la guerra. Francia
prometió su ayuda en la recuperación de Menorca,
Mobile, Pensacola, la bahía de Honduras y la costa de
Campeche y aseguró que no concluiría paz alguna que
no supusiera la devolución de Gibraltar a España.
Esto provocó que los británicos tuvieran que
desviar a Gibraltar tropas destinadas en un principio a las
colonias.
Los puertos de Toulon y Brest, en Francia, que estaban
bloqueados por los británicos, fueron desbloqueados por la
falta de efectivos de los británicos. Con los puertos
atlánticos abiertos, los franceses pudieron llevar tropas
a América al mando de La Fayette, siendo de gran ayuda a
los colonos en su guerra.
Más tarde Holanda también se unirá
a la coalición formada por España y Francia, con
ambiciones de ganar posiciones por el dominio de los
mares.
En 1781, 8.000 soldados británicos al mando del
general Charles Cornwallis fueron rodeados en Yorktown, Virginia,
el último reducto, por una flota francesa y un
ejército combinado franco-estadounidenses al mando de
George Washington de 16.000 hombres. Tiene lugar así la
batalla de Yorktown. Cornwallis se rindió, y poco
después el gobierno británico propuso la paz.
Murieron 156 británicos, 52 franceses y 20 colonos
estadounidenses, siendo los últimos en caer en la Guerra
de la Independencia.
El tratado de
París de 1783 (la Paz de Versalles)
Artículo principal:
Tratado de Versalles (1783)
El cansancio de los participantes y la evidencia de que
la distribución de fuerzas, con el predominio
inglés en el mar, hacía imposible un desenlace
militar, condujo al cese de la hostilidad.
Firma del Tratado de París, 1783. La
delegación británica rehúsa
posar.
El Tratado de París se firmó en septiembre
de 1783 entre Gran Bretaña, Estados Unidos, España
y Francia. Mediante este tratado:
- Se reconocía la independencia de Estados
Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de
Florida, al sur del Canadá y
al este del Río Mississippi. El paralelo 32º se
fijaba como frontera norte. Gran Bretaña
renunció, asimismo al valle del Ohio y dio a Estados
Unidos plenos poderes sobre la explotación pesquera de
Terranova.
- España mantenía los territorios
recuperados de Menorca y Florida oriental y occidental. Por
otro lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa
de los Mosquitos) y Campeche. Se reconocía la soberanía española sobre la
colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin embargo,
Gran Bretaña conservaba la estratégica
posición de Gibraltar (Londres se mostró
inflexible, ya que el control del
Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la
Roca).
- Francia recuperaba algunos enclaves en las Antillas,
además de las plazas del río Senegal en África.
- Holanda recibía Sumatra, estando obligada a
entregar Negapatam
Gran Bretaña y a reconocer a los ingleses el derecho de
navegar libremente por el Índico.
- Gran Bretaña mantenía a Canadá
bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de
exportar a tierras canadienses su revolución.
- Finalmente, se acordó el intercambio de
prisioneros.
La nueva constitución
Una vez conquistada la independencia resultó muy
complicado poner de acuerdo a todas las antiguas colonias. En
1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en
Filadelfia con el fin de redactar una constitución. Se
creaba así un único gobierno federal, con un
presidente de la
república y dos cámaras legislativas (congreso
y senado). Esta constitución estaba inspirada en los
principios de
igualdad y
libertad que defendían los ilustrados franceses y se
configuró como la primera carta magna que
recogía los principios del liberalismo
político estableciendo un régimen republicano y
democrático. La independencia y democracia
estadounidense causó un notable impacto en la
opinión y la política de Europa. La
constitución se divide en siete
artículos:
1º) Poder Legislativo
2º) Poder Ejecutivo
3º) Poder Judicial
4º) Los poderes del Estado y limites
5º) Proceso de
enmiendas
6º) Poder federal
7º) Ratificación.
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